.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Ray Fernández - Paciencia


Ray Fernández. Trovador cuyas características fundamentales son la cubanía, el convite a la reflexión y el humor. Ray Fernández nació en la Ciudad de la Habana el 28 de junio de 1971.
Ray comenzó a cantar en la Casa de Cultura de Alamar, al Este del centro de la Ciudad de la Habana. Hacía poemas y un amigo le sugirió musicalizar los textos y aprovechar la voz que tenía. Le hizo arreglos, incorporó música y funcionó. De ahí le quedó el gancho de componer con la guitarra. Ese fue el germen de su carrera artística. En unas Romerías de Mayo, conoce a Eduardo Sosa cantando, y se engancha con su voz y su proyección escénica. Otra vez coincide con Sosa y Vladimir Zamora y a partir de ahí comienzan las peñas del Caimán, festivales Longina, y otros encuentros. Se inician así las presentaciones en ediciones del Festival Longina, en el Centro Hispanoamericano de Cultura, y otros espacios alternativos de descarga, muchos de ellos organizados por la revista El Caimán Barbudo, hasta convertirse en protagonista de una peña en la Casa de la Música de Miramar. Ray ha sido el conductor del programa sobre trova Entre manos (Canal Habana) con Marta Campos, de compañera en la conducción.
Su primer CD fue ¨Entre la piedra y el sueño¨ y fué grabado en vivo como parte del proyecto Verdadero Complot, llega esta nueva propuesta de Ray Fernández, autor de temas integrados a la identidad de la novísima trova en el país, como Lucha tu yuca Taíno, Matarife y Mister polisman, reflejos de una poética social muy criolla. Caricaturesca y reflexiva. En el año 2009 hace su primer disco en estudio bajo el sello EGREM y que estuviese entre los cinco nominados a la XV edición de la Feria Internacional Cubadisco, en la categoría de Trova-Fusión. Nueve temas de su autoría, entre ellos El gerente, Tentaciones, Tenerte un año y Paciencia, que da título al álbum, grabado en los estudios Areito de la EGREM, son sonoramente hijos de una interpretación “sobre ruedas”, marcada por esa cualidad de la espontaneidad que trae lo nuevo con la emoción del momento._(ecured)

Las canciones que ahora suenan en "Paciencia" son el fruto de la perfilación progresiva del trovador, producidas en un periodo de no pocos años en que Ray Femández fue inicialmente un guitarrero en las calles, para el disfrute de los amigos y cualquier desconocido que se interpusiera en su camino, hasta comenzar a aparecer, cada vez con más intensidad, en teatros y plazas de la Habana y varios sitios del resto del país. El disfrute constante de su quehacer permite reconocerlo ya como uno de los cantores más significativos entre cuantos han salido a la palestra definitiva desde los inicios del presente siglo.
Aquí no están todas las canciones que le conocen a Ray sus fieles seguidores por nuestros campos y ciudades; sin embargo, este fonograma recoge las aristas fundamentales de su trabajo: su lírica está hecha de libros y de andar mucho las calles y los trillos de la lsla; la poesía denotadora del hombre que se alegra y se queja y ama la belleza de lo justo. No ha olvidado ofrendar su música a poetas como Miguel Hernández, ni alzarse con un tema compuesto por Maria Teresa Yera. Todo ello enfundado en referentes de algunos de nuestros más entrañables géneros musicales, y con la sensibilidad del músico de ahora mismo, que encuentra parentelas en sonoridad es de otros puntos del planeta. Horcón fundamental de esta ofrenda es la voz honda y rasgada, de timbre muy suyo que tiene el trovador.
"Paciencia" es el primer disco de Ray. Después de valorar muchas posibilidades, decidió ocuparse él mismo de la producción artística. Entonces se agenció una nómina indispensable de instrumentistas acompañantes y comenzó la aventura. Poco a poco se logró un trabajo de equipo, del cual participó incluso Pedrito el ingeniero. El resultado es este CD de transparencia estética, en el cual es palpable una vocación de sencilla experimentación.
A lo largo de las jornadas de grabación en los históricos estudios Areíto de la calle San Miguel en Centro Habana, saltó reiteradamente, como la mejor luz de la suerte, lo que José Lezama Lima llamó "el azar concurrente". Llegaron de repente invitados de lujo: la inmensa Ornara Portuondo; el joven dueño de la trompeta, Yasek Manzano; el tresero flamenco Raúl Rodríguez; JuanSardi, el mago del grupo argentino Cuatro de Trova; y tres hermanos de la mayor dimensión, los trovadores Diego Cano, William Vivanco y David Torrens.
Aquí está "Paciencia". En el más sabroso salón de la trova está servida la mesa con la incitante música de Ray Fernández, pronta a trasegar largos caminos en los cuatro puntos cardinales._ (Budimir Zamora Céspedes)
                                                                   
                                                                                

Ray Fernández - Paciencia (2010)

Temas:
01. Tango A La Conga (Tanga)
02. Paquito (Changüí Aflamenca'o)
03. Tenerte Un Año (Trova Fusión) (feat. David Torrens)
04. A Cuncún (Changüí)
05. Tentaciones (Guajira Son)
06. Condená (Son)
07. El Gerente (Trova Chá)
08. A Ti, Llamada Impropiamente Rosa (Canción)
09. Llamada En Espera (Candombe Moruno)
10. Paciencia (Son)
11. Arrolla cubano (Conga) (feat. Omara Portuondo) [Bonus Track]

Información cedida por Hector Guillermo Copete

jueves, 5 de diciembre de 2019

"Palmas" Eddie Palmieri: Celebrando 80 años



"Palmas" Eddie Palmieri: Celebrando 80 años

Músicos:
Eddie Palmieri: Leader, Piano
Brian Lynch: Trumpet
Charlie Sepulveda: Trumpet
Jonathan Powel: Trumpet
Jimmy Bosch: Trombone
Doug Beavers: Trombone (March 3 only)
Joseph Fiedler: Trombone (March 4 only)
Louis Fouche: Alto Saxophone
Jeremy Powell: Tenor Saxophone
Ivan Renta: Baritone Saxophone
Luques Curtis: Bass
Vicente "Little Jhonny" Rivero: Congas
Camilo Molina: Timbales, Drums

La historia de la música afrocaribeña está llena de personajes memorables: Celia Cruz interpretando una dulce guaracha con absoluto abandono. Tito Puente haciendo sus graciosas muecas mientras tocaba un solo de timbal. Héctor Lavoe en el escenario, delante de sus admiradores, cantando con esa entrañable mezcla de alegría infantil y amargo sufrimiento. Sin embargo, ninguno de estos pioneros de la salsa fueron tan impredecibles e idiosincráticos como el inimitable Eddie Palmieri – alquimista, genio del teclado, innovador y rebelde por excelencia.

A los 80 años de edad, Palmieri ocupa una posición privilegiada dentro de la música tropical: ha conocido un inmenso éxito comercial con una serie de temas salsosos que continúan colmando las pistas de baile en todo el mundo. Pero también ha experimentado a su antojo, creando arreglos vanguardistas, grabando sofisticadas sesiones de Latin jazz y haciéndose acompañar por una galería interminable de músicos virtuosos.

Esta misma paradoja bien podría presentarse en el recital de esta noche. A veces Palmieri comienza a improvisar un extenso solo de piano, adentrándose en paisajes desconocidos, para después regresar con una sonrisa a una línea melódica del pasado. En otros momentos surge la pasión visceral de los temas salsosos que grabó en la década del 60 con la legendaria La Perfecta, pero con arreglos nuevos y un sonido renovado.

Estudiando su discografía, podemos decir que Palmieri no sólo nació en el lugar y el momento correctos (Nueva York, 1936), sino que también aterrizó en una familia idónea. Su desarrollo musical se basó en la seducción de dos géneros separados que informarían su carrera: el jazz estadounidense y la música bailable cubana. También tuvo la fortuna de contar con un hermano mayor – Charlie Palmieri – que desarrolló una propia, extraordinaria carrera como tecladista, compositor y director de orquesta. “El verdadero rey de las blancas y las negras era mi hermano”, Eddie enfaenfatizó siempre durante las muchas entrevistas que compartimos a través de los años.

Cuando fundó La Perfecta a principios de los años 60, Palmieri sabía aprovechar los aspectos más rebeldes de su personalidad. Reemplazó las tradicionales trompetas del conjunto tropical con una aguerrida sección de dos trombones. Contrató a Ismael Quintana como vocalista principal, un cantante que podía sonar feroz o aterciopelado, dependiendo del material que interpretaba. Y en un momento de genialidad, grabó “Azúcar”, himno de la salsa,
con un inolvidable solo en el que toca un tumbao rítmico con una mano mientras improvisa una bella melodía con la otra.

“Azúcar” fue muchas cosas en una: gran éxito comercial y mensaje artístico. Motivó un frenesí entre los bailadores del club nocturno Palladium – un público mixto y armonioso en su procedencia racial – además de otorgarle
material de sobra a los musicólogos del futuro. Resume la ambición épica de Palmieri, y su asombrosa abilidad para generar sonidos inesperados de las fórmulas rítmicas y melódicas que habían germinado durante las décadas pasadas en Cuba y Puerto Rico.

Era sólo el principio. Durante la década del 70, alcanzó su cúspide experimental con discos ganadores del premio Grammy como The Sun of Latin Music (1974) y Unfinished Masterpiece (1975). Hay ecos de rock y psicodelia en estos LP, a medida que el pianista fusiona salsas y boleros con la disonancia y los teclados electrónicos. Desde entonces, no ha parado de grabar, alternando entre sesiones de Latin jazz y las múltiples texturas de salsa,incluyendo un retorno a la estética de la trombanga que desarrolló con La Perfecta.

Hoy, Palmieri es acompañado por algunos de sus colaboradores más fieles, como el talentoso Jimmy Bosch en el trombón y el sonero Hermán Olivera. De esta velada podemos esperar mucho más que música bailable. Ver a Palmieri en concierto es acompañarlo en una aventura llena de sorpresas. Somos extremadamente afortunados de poder caminar junto a él._Ernesto Lechner

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Chico Mendoza & the Latin Jazz Dream Band

La herencia musical de Ira Roberts Jr. (más conocido como Chico Mendoza) era inevitable, ya que creció en una familia muy musical. Lo que su familia nunca esperó fue que se convirtiera en un amante tan ardiente de la música latina. Nació el 20 de julio de 1939 en Jacksonville, Florida. Su padre, Ira J. Roberts, era parte cubano y su madre Evelyn era mitad afroamericana y mitad nativa americana (cherokee).
Criado en Montclair, Nueva Jersey, se graduó de la escuela secundaria local en 1957, en un momento en que el área era mayormente negra, con algunos enclaves de familias italianas e irlandesas muy cerca. No muchos hispanos residieron allí durante este período, pero de alguna manera Chico logró hacerse amigo de los pocos que conoció. "Supongo que estaba en mis genes", dice con tanta frecuencia.
Hijo único, Mendoza estaba rodeado de música, y en realidad comenzó sus estudios de música (percusión) a la tierna edad de ocho años. Ese entrenamiento temprano fue crucial, y continuó durante sus años de escuela secundaria. Para cuando tenía 12 años, se había enseñado a tocar el piano y el vibráfono. Instrumental en su desarrollo como músico fue su tío Charles Singleton, quien escribió, entre otras canciones pop, Spanish Eyes and Strangers In the Night. De hecho, fue Singleton quien le compró a Chico su primer juego de vibraciones (en realidad, era un xilófono). Por muy bien unidos que estuvieran, sus caminos musicales eventualmente los llevarían a diferentes reinos. La radio seguía siendo la cosa en aquel entonces, por lo que sus influencias musicales eran tan variadas como los programas que emanaban de la pequeña caja, y aunque creció en un vecindario predominantemente negro, se sintió instintivamente atraído por lo que entonces se conocía como "español "música. Esto fue mucho antes de que supiera que su abuelo paterno era cubano.
Chico recuerda con cariño aquellos primeros años en los que se encontraba bajo el hechizo mágico de la música: "Cuando tenía alrededor de cuatro o cinco años, solía quedarme en la casa de mi abuela, y todos los viernes y sábados por la noche, mi madre, mis tías y mis tíos habría un atasco de discos en la habitación de la abuela. Había tantos discos que tuvieron que apilarlos verticalmente como pilares o columnas en su pasillo. Todos sabíamos exactamente dónde estaba ubicado cada registro. La pila # 1 era para el conde Basie, Billy Eckstine estaba en la Pila # 4, Ella en la Pila # 8, etc. Rutinariamente, veía a todos mis parientes y sus amigos bailar hasta altas horas de la madrugada, y finalmente me dormía en el sofá, sin darme cuenta de que esta música estaría incrustada en mi mente para toda la vida. Al mismo tiempo, mi padre era un marino mercante y navegaba con bastante frecuencia a América del Sur, Cuba, Panamá y otras regiones exóticas del Caribe, siempre trayendo de vuelta los registros y otras golosinas de los lugares que visitó ".
Chico Mendoza ingresó oficialmente al mundo del entretenimiento a la edad de dieciséis años, cuando se unió a The Cubaneers, una banda local que se especializó en tocar calipso, mambo y jazz directo. En el área de Montclair, esta era la banda con la que asociarse. Al principio, Mendoza alternó algunas canciones con el director de la banda, que también era pianista. En poco tiempo estaba tocando la mayor parte del repertorio y haciendo algunos arreglos también. El líder de la banda finalmente cambió al trombón, y Chico se convirtió en el pianista habitual.
Debido a que la mayoría de los miembros de la banda se negaron a tocar listas, Chico decidió formar su propia banda, por lo que se asoció con algunos excelentes percusionistas con sede en Newark, trayendo al nuevo grupo a un par de trompetistas cubanos también. A sugerencia de uno de los percusionistas, el grupo se llamó The Chico Mendoza Band. Tenía dieciséis años en ese momento, alrededor de 1955. No pasó mucho tiempo después que cayó profundamente bajo la influencia de Machito, Tito Rodríguez y Tito Puente. Los Tres Grandes, como más tarde se conocerían.
Recientemente, Chico me contó sobre este período en particular en su vida: "Todo comenzó en un baile local, cuando probé por primera vez la música de baile afrocubana. La canción que me llamó la atención fue Mambo Diablo, de Tito Puente Recuerdo que seguí volviendo al DJ y pidiéndole que lo tocara una y otra vez. Después de conseguir mi primer trabajo, comencé a comprar discos para mí. Todos los viernes, cuando me pagaban, me apresuraba a ir al local de discos y gastar la mayor parte de mi dinero en R&B, blues, jazz y especialmente en discos latinos. Los primeros pianistas que realmente escuché fueron músicos de jazz como Errol Garner, Earl 'Fatha' Hines, Nat King Cole, Tiny Bradshaw y de Por supuesto, Count Basie. Pero también había algo sobre el estilo de piano latino que me cautivó. Quería tocar mambo como lo hizo Pérez Prado, pero la mayoría de esas grandes bandas cubanas no estaban por venir a tocar en el local. Saltos de grabación de VFW en Montclair. Tuve que conformarme con escucharlos a través de sus registros y en la radio ".
Fascinado por el sonido pulsante y sincopado de Prado, Mendoza buscó a varios maestros que pudieran darle orientación y ayudarlo a mejorar su técnica. Y como todo buen estudiante de este género, descubrió la clave. Para cuando llegó a la mayoría de edad, Mendoza había dominado todo tipo de percusión cubana, así como el piano, la marimba, el vibraharp y el xilófono. Al principio, se dio cuenta de que estos mismos ritmos de baile, que habían sido importados de Cuba a principios de siglo, ahora también formaban parte integral de la música norteamericana. Y se deleitaba rociando su sabrosa salsa sobre su propia base musical. Escuchó la influencia cubana en todas partes, en canciones gospel y espirituales, melodías folk y blues, y en rock 'n' roll, pero en ninguna parte fue más evidente que en la música de Ellington, Kenton y Gillespie. También notó cómo la música de estos maestros del jazz había influido en el trabajo de Prado, Machito, Miguelito Valdés y otros grupos básicamente afrocubanos. La emoción salvaje y desinhibida que estos ritmos generaron, junto con la riqueza, el estado de ánimo y el colorido del jazz, lo fascinaron hasta el punto de que no podía esperar para comenzar a experimentar por su cuenta.
El término "jazz latino" no existía realmente en este momento, e incluso si existiera, no se usaba comercialmente. No obstante, los dos estilos de música parecían haber sido hechos el uno para el otro, y Chico sintió que este era su vocación. Recuerda cuando finalmente todo se concretó: "Estaba escuchando muchos discos, principalmente de pianistas, pero no fue hasta 1958 que finalmente pude ver y escuchar un verdadero montunero en vivo. Fue en Asbury Park, y el pianista se llamaba Charlie Palmieri. De alguna manera conseguí un concierto en uno de los hoteles donde Charlie tocaba con su banda, en otro piso. Durante mis descansos me escabullí y escuché al maestro en el trabajo. ¡verlo tocar los marfiles! Me recordó a Errol Garner por su enfoque agresivo y a dos manos. Aprendí más sobre tocar el piano al estilo latino esa noche de lo que he aprendido en cualquier otro momento de mi carrera ".
Y entonces Chico Mendoza siguió su camino, construyó su biblioteca de discos y amplió su conocimiento de la música afrocubana. Durante sus años de formación, fue como una esponja, absorbiendo todo lo que escuchó, adaptándolo a su propio estilo y personalidad. Ya sea improvisando en un solo de solo montuneando (vamping), Mendoza invariablemente daría rienda suelta a sus impulsos sin apartarse nunca de ese elemento en el que había aprendido a confiar, los patrones clave. Hoy es un consumado compositor, arreglista e intérprete que ha sido nominado para el prestigioso premio Grammy. Ha compartido escenario con luminarias como Paquito D'Rivera, Tito Puente, George Benson, Ray Barretto, Jon Faddis, Arturo Sandoval, Hilton Ruiz, Aretha Franklin, Billy Taylor, Michel Camilo, Herbie Hancock, Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan y Al Hibbler.
Pero seguramente fue durante sus primeras experiencias de prueba y error, con artistas y músicos menos conocidos, que estableció el patrón para el resto de su vida. Invariablemente, es el proceso de aprendizaje lo que finalmente le da al artista su impulso. Si logran atravesar este período, tienen la seguridad de obtener al menos una cantidad nominal de éxito. Después de muchos años de pagar sus cuotas, Mendoza estaba listo para el gran momento. De hecho, estaba listo para cualquier cosa que le arrojaran, y sintió que algo grande estaba por suceder. El éxito estaba a la vuelta de la esquina para el vibraharpista de Montclair.
A finales de los años sesenta, Mendoza formó uno de los primeros grupos afroamericanos que tocaron exclusivamente música de baile latino. Mi primer encuentro con él tuvo lugar en el Kenya Club, un lugar nocturno en Bayonne, Nueva Jersey. Estaba tocando vibras esa noche, a la cal Tjader. Una vez le pregunté si el tranquilo músico residente en San Francisco tuvo una gran influencia en su estilo de interpretación. Su respuesta fue un rotundo "sí", y luego agregó: "Cal Tjader fue mi principal influencia a la hora de tocar el latín, pero mi primera influencia y la razón por la que tomé el instrumento en primer lugar fue Hamp, y por supuesto, más tarde, Milt, quien por cierto, también influyó en Tjader ".
Chico elaboró ​​un poco más sobre sus respectivos estilos: "Tanto Milt como Tjader fueron extremadamente melódicos en su enfoque, y la forma en que interpretaron una balada fue simplemente hermosa. Aunque ambos habían tocado con lo mejor de los hard boppers, Tjader fue más rítmicamente en sintonía con la clave. Al igual que yo, Tjader debe haberse sentido atraído por la estructura polirrítmica de la música de baile cubana. Luego estaba Hamp, que estaba solo en una clase. No es de extrañar que Benny Goodman lo contratara. Era un percusionista, y esa era su marca registrada. Con Hamp en la banda, el Rey del Swing no necesitaba ningún otro jugador de trompeta. Era la combinación perfecta de ritmo y melodía, armoniosamente entrelazados. Se complementaban maravillosamente ". No pude evitar notar una gran sonrisa en su rostro cuando mencionó a estos gigantes del jazz.
No fue hasta un par de años después que descubrí que Chico Mendoza también era un pianista talentoso, cuyo enfoque al piano era como el de un percusionista. Su estilo en ese instrumento solo puede describirse como "doble," y su entusiasmo mientras juega es comparable al de un niño pequeño que se deleita en golpear los marfiles solo para ver y escuchar lo que sucede después. Seguramente, este gentil gigante debe haber poseído una memoria fotográfica, almacenando en él una abundancia de melodías y ritmos. Hasta el día de hoy, nombra la melodía y Chico se sienta y la toca. Jugamos juntos con bastante frecuencia durante ese período, y siempre fue obvio para mí que Charlie Palmieri fue una gran influencia para él. En la superficie, sus estilos de juego parecen tener muy poco en común, ya que el estilo de Charlie se basó en las formas clásicas cubanas de una época anterior, directamente de la escuela peruana. Por el contrario, el enfoque de Chico se unió al estilo más nuevo y sofisticado que surgió del jazz afrocubano. Aún así, su virtuosismo y talento para el espectáculo estaban en el mismo plano, y ambos pianistas hicieron música técnicamente exigente que entusiasmó tanto al oyente como al bailarín.
Charlie Palmieri favoreció un ritmo constante de la mano izquierda que subrayó su compleja sincopación de la mano derecha, y esto también se convirtió en la plantilla para la metodología de Chico. Físicamente, los dos eran muy diferentes, y Chico a menudo aprovechaba su gran cuerpo bien construido, moviéndose de un lado a otro como lo hizo Ray Charles, intimidando a cualquiera que estuviera a pocos metros de él. Por supuesto, cada vez que Charlie se ponía en marcha, también hacía esto, naturalmente, y en ese sentido eran casi idénticos. Aunque el estilo clásico que Charlie y otros de esa época habían empleado comenzaba a menguar cuando Chico entró en escena, todavía era bastante dominante cuando comenzó a tocar, y eso puede explicar la dualidad en su vocabulario pianístico.
Muchas de esas tácticas que Mendoza aprendió de esas primeras grabaciones se convertirían en las suyas. Mendoza utilizó cambios clave abruptos y ciertos pasajes extraídos de la música clásica europea durante los solos, digitaciones llamativas y la mezcla de notas "calientes" y "geniales", evidentes durante la primera parte del desarrollo de la música, así como más modernistas. son. Ocasionalmente, uno podía escuchar a Chico tocando los estilos tradicionales y modernos simultáneamente. En el centro de su interpretación estaba su amor y comprensión por los ritmos intrincadamente basados ​​en claves. Escucho la obra madura de Chico Mendoza y escucho la culminación de todo lo que se ha establecido desde que el hijo emergió de Cuba a principios del siglo XX, con todas sus tendencias guitarrísticas y sus obvias influencias norteamericanas. Tanto el conde Basie como Errol Garner están presentes en esta ecuación, al igual que Milt Jackson y John Coltrane. Recuerdo a alguien (que obviamente no era músico) comentando las teclas "extrañas" en las que Chico solía tocar a veces, tonalidades que pueden haber sido extrañas para la música de jazz, pero no para el blues y otras canciones rurales populares..._(thefreelibrary)





Chico Mendoza & the Latin Jazz Dream Band (1989)

Temas:
01. One for Tito
02. Macho's Latin Satin
03. All This Love
04. Swinging Guaguancó
05. I'm So Excited
06. Sal Sangre
07. Guaguancó Tropicana

Musicos:
Chico Mendoza - Musical Director y Arreglista
John Blodgett - Piano
Bill Ware - Bass
Tony Barrero - Trompeta
E.J. Allen - Trompeta
Rob Henke - Trompeta
Barry Danielian - Trompeta
Bob Knapp - Sax
Bill Davis - Sax
Leo Johnson - Sax
Mike Kaplan - Sax
Tom Brown Sax
Len Pollara - Trombon
Steve Turre - Trombon
Norman Hogue - Trombon
Reinaldo Jorge - Trombon
Jorge Gonzalez- Bongoes
Butch Johnson - Timbales
"Manteca" Ronnie Hill - Congas
Tom De Faria - Traps

jueves, 28 de noviembre de 2019

Oleandole Jazztablao (Prosperitat 2019)


"Fragmentos concierto" Oleandole Jazztablao - Concierto en Casal de Barri Prosperitat (Barcelona-Spain) (23.11.2019)

Oleandole es un grupo de jazz-flamenco creado por Ramón Olivares que fusiona los dos géneros de ricas raíces armónicas y rítmicas, .El repertorio es una mezcla de flamenco con cante y baile puro y standards de jazz adaptados a los "palos"flamencos.



Musicos:
Ramón Olivares - Dirección y percusión
Frederico Vannini - Guitarra flamenca
Jordi Bonell Daya - Guitarra eléctrica
Jordi Gaspar Caro - Bajo
Rita Payés - Trombón y voz
Martí Serra - Saxos
Lois Fernandez Fernandez - Cante
Violeta Barrio y Pedro Perez Medrano - Baile
Oscar Puig - Invitado percusión
Cesar Izquierdo - Técnico sonido

L'Ostia (Chumancera) - Producción y edición

viernes, 22 de noviembre de 2019

Jazz At Lincoln Center Orchestra with Wynton Marsalis - Live In Cuba



La Jazz at Lincoln Center Orchestra es una orquesta de jazz y big band estadounidense dirigida por Wynton Marsalis. La Orquesta es parte de Jazz at Lincoln Center, una organización de artes escénicas en la ciudad de Nueva York. En 1988, la Orquesta se formó como consecuencia de su serie de conciertos, Classical Jazz, con la dirección de David Berger. Cuando Wynton Marsalis se convirtió en director artístico en 1991, enfatizó la historia del jazz, particularmente Duke Ellington. El primer álbum fue Portraits de Ellington (1992), y siete años después el centenario de Ellington fue honrado con el álbum Live in Swing City: Swingin 'with the Duke (1999). Bajo el liderazgo de Marsalis, la banda se presenta en su casa en el Lincoln Center, realiza giras por los EE. UU. Y el extranjero, visita escuelas, aparece en televisión y se presenta con orquestas sinfónicas. La Orquesta respaldó a Wynton Marsalis en su álbum Blood on the Fields, que ganó el Premio Pulitzer. Desde 2015, los álbumes de la Orquesta se han publicado en su propio sello, Blue Engine Records.
Desde bebop hasta bolero y más allá, "Live In Cuba" captura nueve veces al ganador del premio Grammy Wynton Marsalis y al mundialmente conocido Jazz at Lincoln Center Orchestra con la primera y única actuación de Wynton Marsalis en Cuba. Explore las profundas conexiones entre el jazz estadounidense y la música afrocubana en este set de dos CD, el lanzamiento debut de Blue Engine Records, un nuevo sello dedicado a preservar, promover e impulsar el jazz. Grabado frente a multitudes clamorosas y agotadas durante tres noches en el Teatro Mella de La Habana en octubre de 2010, "Live In Cuba" encuentra la Jazz at Lincoln Center Orchestra con Wynton Marsalis interpretando los estándares de Ellington, números afrocubanos y composiciones claramente modernas de miembros de la banda. . LIVE IN CUBA es el primer álbum de la orquesta en cinco años y un documento de las conexiones culturales indelebles de dos naciones y de una reunión emocional entre primos musicales perdidos hace mucho tiempo.
                                                                                 
                                                                                

Jazz At Lincoln Center Orchestra with Wynton Marsalis - Live In Cuba (2015)   

Temas:
Cd.1:
01. 2/3's Adventure 
02. Baa Baa Black Sheep 
03. Inaki's Decision (from Vitoria Suite)
04. Sunset And The Mockingbird (from Queen's Suite)
05. Como Fue (Feat. Bobby Carcassés)
06. Dali (from Portrait In Seven Shades)
07. Light Blue 
08. Braggin' In Brass 

Cd.2:
01. Limbo Jazz 
02. Doin' (Y)our Thing 
03. I Left My Baby (Feat. Chris Crenshaw)
04. Bearden (The Block) 
05. Symphony In Riffs 
06. Spring Yaounde 
07. Things To Come 
08. The Sanctified Blues (from Congo Square)

Musicos:
Sherman Irby (Saxo alto, flauta, flautín, clarinete)
Ted Nash (Saxos alto y tenor, flauta, flautín, clarinete)
Victor Goines (Saxo tenor, clarinete)
Walter Blanding (Saxos tenor y soprano, clarinete)
Joe Temperley (Saxo barítono, clarinete bajo)
Ryan Kisor (Trompeta) 
Kenny Rampton (Trompeta)
Marcus Printup (Trompeta)
Wynton Marsalis (Trompeta)
Vincent Gardner (Trombón)
Chris Crenshaw (Trombón)
Elliot Mason (Trombón)
Sección De Ritmo:
Dan Nimmer (Piano)
Carlos Henriquez: (Bajo)
Ali Jackson (Batería)
Director Musical de Jlco Cuba Tour (Carlos Henriquez)
Musicos Invitados:
Bobby Carcassés (Voz en 5# - Cd 1)
Pancho Terry (Percusión en 5# - Cd 1)
Yaroldy Abreu Robles (Percusión en 5# - Cd 1)
Dreiser Durruthy Bambolé (Percusión en 5# - Cd 1)

lunes, 18 de noviembre de 2019

Buena Fe - Carnal (2019) (Edición Promocional)



Hace ya varios años Israel Rojas y Yoel Martínez comenzaron a transitar el difícil camino de hacer realidad un sueño. En su natal Guantánamo estos dos jóvenes eran personas comunes que llevaban por dentro una inquietud especial por la música. En 1999 la casualidad quiso que estos dos jóvenes se encontraran cuando en la Escuela de Arte de Guantánamo Israel, frente a un piano, intentaba encontrar la melodía de una canción que había escrito. Yoel, con su humor peculiar, le propuso ser el «loco» que lo podría ayudar. A partir de ese momento surge entre ambos una complicidad de intenciones y objetivos. Al acompañarse se dieron cuenta que funcionaban bien como dueto y fue así como a finales de ese año surge el Dúo Buena Fe. El nombre nació bajo la premisa de conjugar en dos palabras la vida de ambos, la buena fe que corresponde a la abogacía relacionada con la profesión de Israel, y la buena fe referente a los actos de benevolencia que le traen suerte a uno, como sucedió en esta peculiar historia. «Queríamos hacer música no para vivir de ella, sino para ella», afirma Israel Rojas, líder del grupo. Fue así como empezaron el sueño, Israel en la parte lírica y melódica y Yoel haciendo los arreglos y armonías. Tenían deseos de mezclar distintos ritmos, diferentes a lo característicos de la música cubana como lo son la trova y la salsa. Sabían que no sería fácil. La estrategia, señala Israel fue «empezar como trovadores, ser parte de esta corriente, darnos a conocer y poco a poco experimentar y convertirnos en una continuación lógica de los mejores exponentes de la música popular cubana». 
Buena Fe vino a romper los estereotipos de la canción de autor al mezclarlas con influencias de trova, el rock, pop, guaracha, reggae y flamenco y ritmos autóctonos del oriente de Cuba. Entre las canciones que han marcado a varias generaciones de cubanos de las primeras décadas de este siglo están las de Buena fe. Diez son las producciones discográficas con las que han cosechado siempre premios en el complejo y diverso panorama musical cubano. Desde la distinción de fonograma más vendido en 2002 con su primer disco "Déjame Entrar", hasta el premio al Albúm del Año a "Sobreviviente" del 2017. Todo lo dicho ha justificado el gran poder de convocatoria en su país natal y el respeto entre los conocedores de su música fuera del mismo._ (Buena Fe)

La agrupación cubana Buena Fe llega con un nuevo disco al mercado. Bajo el título Carnal, el dúo guantanamero celebra sus 20 en la música y lo hace con un fonograma que catalogan como “una mezcla eclíptica de sonoridades”.
Con 14 temas, Carnal promete canciones más personales, surgidas durante las dos décadas de Buena Fe en la trova. Según comentó el líder de la agrupación, Israel Rojas, el disco los revela como familia y da cuenta de una agrupación madura, conocedora de sus próximos pasos. “El disco se llama Carnal porque no existe una canción ahí que sea una fabulación. Todas son canciones nacidas de experiencias muy vívidas y vividas”, dijo a la revista Vistar. “A los 20 años llegamos como una verdadera familia —agregó—. Tengo la posibilidad de liderar este proyecto pero como lo que es: una responsabilidad con un grupo de muchachos, un grupo de gente que son adultos, que tienen familia. Por lo que nos sentimos como una gran cooperativa donde todo el mundo pone lo que sabe”. 
El disco de Buena Fe sale al mercado cubano bajo el sello de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem. Mientras que para el mercado exterior lo hace con el auspicio de la disquera Metamorfosis. Su lanzamiento se realizará los próximos 22, 23 y 24 de noviembre con sendos conciertos en el teatro Karl Marx de La Habana. Antes de Carnal, Buena Fe había entregado al público Sobreviviente, fonograma que lanzó por esta misma fecha el año anterior._Lulú Rivera (cubatel)



Escucha"Patakí de Libertad, primer corte de Carnal, nuevo disco de Buena Fe" en Spreaker.

Buena Fe - Carnal (2019) (Edición Promocional)

Temas:
01. Patakí De Libertad 
02. Valientes 
03. Sobre El Arte De retoñar 
04. La Catrina 
05. Carnal 
06. Mía 
07. Cámara Lenta 
08. Quien Soy Yo 
09. Mujer Ciudad 
10. Cuatro Cuentos 
11. Ni Una Más 
12. Blues De Guateque 
13. Música Vital 
14. Madurar

Musicos:
Israel Rojas - Director y cantante principal
Yoel Martínez - Guitarra acústica y segunda voz
Yibrán Rivero - Guitarra eléctrica, guitarra acústica y tres cubano.
Maikel Pérez - Batería
Ernesto Cisneros - Teclados
Israel López - Bajo
David (Suiny) Hernández - Congas y Percusión

_Adolfo (Fito) Martínez - Ing Sonido //
_Antonio (El Chino) García - Manager

_Próximamente distribuido por el sello de Metamorfosis (Ricardo Arjona)
El jazz latino es una vertiente del jazz que combina melodías africanas y latinas.Las dos principlaes categorías del Latin Jazz son la Brasileña y la and Afro-Cubana.El Latin Jazz Brasileño incluye el bossa nova y la samba. El Jazz Afro-Cubano incluye salsa, merengue, songo, son, mambo, bolero, charanga y cha cha cha El Latin Jazz se originó a finales de los Años 40 cuando Dizzy Gillespie y Stan Kenton comenzaron a combinar el ritmo y la estructura de la música Afro-Cubana, ejemplificada por Machito y sus Afro-Cubanos, con instrumentos de jazz.En comparación con el Jazz Americano, el Latin Jazz emplea un ritmo fijo, parecido al ritmo swung. Latin Jazz raramente emplea un compás tocado en cuatro, pero usa una forma de clave. La conga, el timbal, güiro, y claves son instrumentos de percusión que contribuyen al sonido Latino.La Samba se origina en la música Afro-Brasileña del siglo XIX tal como el Lundu. Emplea una forma modificada del clave. El Bossa Nova es una música híbrida, que utiliza algo del ritmo de la Samba pero influenciada por música Europea y Estadounidense desde Debussy a US jazz. El Bossa Nova se origina en los Años 60, principalmente por los esfuerzos de los brasileños Antonio Carlos Jobim, João Gilberto, y el estadounidense Stan Getz. Su canción más famosa es Garota de Ipanema (La Chica de Ipanema), cantada por Gilberto y su esposa, Astrud Gilberto.
Imagen alojada por servimg.com
De donde viene el nombre de L'Ostia???

A inicios del siglo XVIII los vecinos de la Barceloneta se quejaban porque el cierre de los portales les hacía difícil asistir a las funciones de noche, puesto que cuando salían del teatro (Principal de la Rambla) no podían volver a casa porque encontraban cerrado el portal de Mar. Las autoridades militares accedieron a cerrar el portal de Mar media hora despues de que terminase la función del teatro, dos días a la semana que quedaron fijados.
Este horario extra fue calificado de "La Hora de L'Ostia", en alusión al nombre humorístico de L'ostia que se aplicaba a la Barceloneta.
Hay otra versión puritana relativa al origen del nombre "Ostia" dado a la Barceloneta, que recordaba que este mote quería decir Puerta en latín y puesto que el barrio fue hecho extramuros, era una especie de puerta marítima de Barcelona. Es posible que el origen de la denominación fuese un juego de palabras, pero lo que es indudable es que a nivel popular, cuando se decía que la Barceloneta era l'Ostia, se decía en un tono muy poco latín, mas bien referido a la composición eminentemente obrera i a la constante agitación política del barrio.
Fuente: Joan Amades. Historias y leyendas de Barcelona.

No confirmado. Un carguero italiano de la ciudad de Ostia que transportaba madera naufragó y los marineros y tripulantes estuvieron viviendo en barracas en la playa durante unos años hasta que fueron rescatados y devueltos a su ciudad.

.

.

Mi lista de blogs