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lunes, 19 de enero de 2009

Faustino Oramas - El Guayabero

                                                                         

Faustino Oramas Osorio, «el Guayabero», cantante, tresero y compositor de Holguín, Cuba, nació el 4 de junio de 1911 y falleció el 27 de marzo de 2007. Trovador popular, es reconocido como «el juglar mayor de Cuba» y alcanzó fama como «el rey del doble sentido» por su habilidad y gracia para hilvanar complejos relatos cantados en los que hacen gala el humor y la picardía. Desde 1938 adoptó el mote de «el Guayabero». En su honor se convoca hace varios años el concurso «Música con humor», a lo cual dedicó su vida profesional, con gran arraigo popular en toda la isla de Cuba. Su sentencia más usada era: «santa palabra».- (wikipedia)

Casi nadie lo conoce por su verdadero nombre. Sin embargo, cuando se habla de El Guayabero viene a la mente de todos los cubanos su peculiar estampa y el criollísimo  humor de sus canciones. Cuando uno lo mira bien, descubre que Faustino Oramas parece un Quijote demasiado expuesto al sol. Como el inmortal caballero de Cervantes, Faustino es de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de caza (de la caza de amor /que/ es  de  altaneria como bien dijera Gil Vicente). Incluso, como todo caballero andante, Faustino Oramas tiene su nombre de guerra: El Guayabero. Sin embargo, su oficio no es de desfacer entuertos, sino recorrer nuestra vida ínsula, de pueblo en pueblo, acompañado siempre de sus tres, como los viejos juglares. Como los juglares, además, Faustino Oramas va contando la crónica de nuestra vida cotidiana. Para ello cuenta con su voz potente, unos octosílabos inmejorables y el criollísimo humor del doble sentido, atributos que lo han hecho famoso y hasta imprescindible en la abultada memoria de la música popular cubana.
Nacido en la ciudad de Holguín, el lejano 4 de junio de 1911, la biografía de este hombre es la historia de su música. Hasta el apodo con que se le conoce tiene su origen en el título de una de sus canciones En Guayabero, nombre de aquel pueblito de Camagüey donde Faustino estuvo a punto de perder la vida a manos de un celoso cabo de la antigua guardia rural, casado con una trigueñita demasiado resbalosa. Así, de aquella experiencia, como de todas las cosas importantes que ha visto o le han sucedido en su larga vida. El Guayabero ha tomado la materia prima para sus más populares composiciones, y por eso en sus letras refleja, como pocos lo han hecho, el modo de ser del cubano, su picardía congénita y su humor corrosivo y  vital. Faustino Oramas es
por ello, tal vez, el último representante de aquella gloriosa generación de sonaros que vivieron de la música y para la música, y supieron transmitir  a su obra la idiosincrasia del cubano, que siempre se reconoce en las canciones de este Juglar oriental. Y, como juglar al fin, El Guayabero vive y disfruta de la bohemia. Con el tres debajo del  brazo, siempre está dispuesto a cantar en escenarios o parques, en bares o bateyes, dondequiera que haga falta la alegría, por  que Faustino Oramas es la alegría de su  música, y su público son todos los habitantes de esta, su ínsula querida y natal.
Que cante ahora El Guayabero._ Leonardo Padura



Faustino Oramas - El Guayabero (1996)

Temas:
01. Tema: El Guayabero 
02. Mañana Me Voy 
03. Compositor Confundido 
04. El Tumbaito 
05. Cuidado Con El Perro 
06. Como Baila Marieta 
07. Los Abuelos Se Rebelan 
08. El Palito De La Alcancia 
09. Oye El Consejo 
10. Mi Son Retozon 
11. Siempre En La Cola 
12. Tema: El Guayabero 

sábado, 17 de enero de 2009

Art Blakey - Holiday for Skins

                                                                         

Art Blakey (Pittsburgh, 11 de octubre de 1919-Nueva York, 16 de octubre de 1990) fue un baterista estadounidense de jazz encuadrado en los estilos del bop y hard bop. Lideró varios grupos, entre los que destaca el quinteto Jazz Messengers, del que tomó las riendas durante tres decenios tras la marcha de Horace Silver, actuando y grabando bajo el nombre de Art Blakey and The Jazz Messengers. La formación fue cuna de algunos de los mejores artistas de jazz de la historia y se convirtió en la representación por antonomasia del estilo hard bop y funky jazz. La primera educación musical recibida por Blakey fue en forma de lecciones de piano; empezó a tocar profesionalmente muy joven, en su propia banda. Se pasó pronto a la batería, aprendiendo a tocar al estilo fuerte de Chick Webb y Sid Catlett. En 1942, tocó con la pianista Mary Lou Williams en Nueva York. Recorrió el sur de Estados Unidos en una gira con la banda de Fletcher Henderson durante los años 1943 y 1944. Luego lideró en Boston una big band antes de unirse al nuevo grupo formado por el cantante Billy Eckstine, con el que estaría entre 1944 y 1947. La big band de Eckstine fue la famosa "cradle of modern jazz" e incluyó, en diferentes ocasiones, a figuras de enorme relevancia en el futuro como Dizzy Gillespie, Miles Davis y Charlie Parker. Cuando el grupo se disolvió, Blakey formó su propia banda llamada los Seventeen Messengers. Grabó también con un octeto, la primera de sus bandas que recibió el nombre de Jazz Messengers.
A comienzos de la década de los cincuenta, Blakey comenzó una asociación con el pianista Horace Silver. En 1955, formaron un grupo con Hank Mobley y Kenny Dorham, llamado "Horace Silver and the Jazz Messengers". Los Messengers materializaron en forma de grupo el naciente movimiento del hard bop, enfatizando los ritmos primarios de la música y la esencia armónica. Un año después, Silver abandonó el grupo y Blakey se convirtió en su líder.
Desde ese momento, los Messengers fueron el vehículo expresivo habitual de Blakey, aunque continuase colaborando individualmente con otros artistas. Son destacables, en este sentido, su colaboración de 1963 para la compañía Impulse con McCoy Tyner, Sonny Stitt y Art Davis; una gira mundial en la que participó durante 1971-1972 con "the Giants of Jazz", un grupo de grandes estrellas entre las que se encontraban Thelonious Monk, Dizzy Gillespie, Sonny Stitt y Al McKibbon; y una extraordinaria actuación con otros tres grandes baterías (Max Roach, Elvin Jones y Buddy Rich) en el Newport Jazz Festival de 1964. ~ (wikipedia)

Art Blakey, quien visitó África en varias ocasiones, ha sido citado como diciendo el jazz no podría
haber ocurrido allí, que sólo podría haber ocurrido en los Estados Unidos donde y cuando lo hizo, pero Blakey también fue plenamente consciente de que los ritmos y polifónicos de llamada y los patrones de respuesta de relieve que todos vinieron de jazz. A mediados de los años 50 comenzó a experimentar con grandes conjuntos de tambores africanos que resbaló y ritmos latinos bajo Hard Bop cuerno y piano estructuras, lo que resulta en una especie de híbrido de jazz worldbeat años antes de la idea de worldbeat se convirtió en la codificación como un concepto musical. Pieles de vacaciones tiene un conjunto aún mayor de tambor que el que utilizan para 1956 Blakey similar tambor Suite, consistente esta vez en torno de tres bateristas de jazz (Philly Joe Jones, art Taylor, Blakey y él mismo) y una serie de latín y percusionistas africanos, incluyendo Ray Barretto y Sabú Martínez, así como Donald Byrd en trompeta y Ray Bryant en el piano. Con la excepción de Bryant, las dos composiciones, "Swingin 'Kilts" y "Reflexión", todas las pistas se trabajó durante una larga sesión de estudio que se desarrolló a partir del 11 pm hasta las 5 am de la mañana siguiente. El resultado final suena muy alegre, tribales y ceremonias, ayudado en ese sentido a lo largo intercaladas por cantos vocales, yelps, aullidos y silbidos, con ocasionales ráfagas de jazz recto o la textura de Byrd Bryant. El prolongado período de sesiones fue originalmente publicado por Blue Note como dos LPs etiquetados Tomo 1 y Tomo 2, y la reedición de este CD combina sin fisuras en una secuencia un poco más de una hora de duración.
Como uno puede sospechar, no hay un montón de melodía o la armonía que se está trabajando aquí, pero los ritmos son extraordinariamente interesante, con los distintos bongos, las congas, kit de formaciones y la trampa de responder constantemente los unos a los otros en expansión y la superposición de los círculos . Puede que no sea todo el mundo la idea del jazz, el jazz, pero que sin duda es, y muchos de los experimentos ritmo Blakey está tratando en el momento en álbumes como éste, Suite tambor, y 1962's African Beat son ahora estándar en los enfoques contemporáneos de jazz y pop, por lo que estos tres tambor centrado en las emisiones de sonido de manera inquietantemente actual años después. ~ Steve Leggett, All Music Guide






Art Blakey - Holiday for Skins (1958)

Temas:
01. The Feast
02. Aghano
03. Lamento Africano
04. Mirage
05. O’Tinde
06. Swingin’ Kilts
07. Dinga
08. Reflection

Musicos:
Art Blakey (Batería, canto)
Philly Joe Jones (Batería, timbales, canto)
Donald Byrd (Trompeta)
Ray Bryant (Piano)
Art Taylor (Batería, gong)
Wendell Marshall (Bajo)
Sabu Martinez (Bongos, conga, canto)
Ray Barretto (Congas)
Chonguito Vicente (Congas)
Andy Delannoy (Maracas, cencerro)
Víctor González (Bongos)
Julio Martinez (Congas, tronco de árbol)
Fred Pagan, Jr. (Timbales)
Austin Cromer (Canto)
Hal Rasheed (Canto)

viernes, 16 de enero de 2009

Bola de Nieve - Grandes Éxitos


Hay villas que la formalidad de las denominaciones coloca dentro del área metropolitana de la capital cubana, pero en verdad son ciudades de verdadera investidura independiente. Una de ellas es Guanabacoa.
Originada al este de la bahía habanera y separada por las infinitamente navegadas de ésta, del macizo urbano que comenzó a fomentarse alrededor de aquella legendaria ceiba, que hoy se rememora en El Templete. Sin desdeñar la gran ciudad, Guanabacoa desde sus orígenes se labró a partir de instituciones y costumbres una identidad propia. Esto tiene elocuente resonancia en las diversas manifestaciones sociales y muy especialmente en la cultura.
Allí nació el 11 de septiembre de 1911 Ignacio Villa Fernández y transcurrieron fundamentalmente en tal sitio su niñez y adolescencia. Perteneciente a una familia negra y pobre, tuvo muy pronto francas referencias del quehacer de la gente más humilde. Él, por su parte, especialmente gracias al desvelo de su madre, pudo ir a la escuela y ser desde temprana edad distinguido por el buen vestir. Su mamá lavaba y planchaba para la calle, tenía lo que por entonces se llamaba "un tren de cantinas"; y frecuentemente era llamada por familias muy pudientes para que les preparara la comida de sus banquetes. Todo eso hacía, pero a su niño no le podía faltar de nada.
A los ocho años entra a estudiar en el Conservatorio Mateu de su ciudad y más adelante tomó lecciones en otros centros semejantes de La Habana. En realidad no tuvo tan prolongados estudios académicos, pero como demostraría después, fueron los suficientes para hacerse un artista único, con su propio esfuerzo y la capacidad de aprender de todo cuanto se le ponía por medio.
Aunque en los Inicios de la década del treinta estuvo estudiando en la Escuela Normal de Maestros de la Habana, no tuvo que transcurrir mucho tiempo para que tanto él, la familia y los demás cercanos, advirtieran que lo suyo era la música y su instrumento el piano. Sencillamente solo alcanzaba la plenitud tocándolo. Quizás por ello uno de sus primeros trabajos fue como pianista en una sala de cine silente de Guanabacoa. Luego, en el estreno mismo de su mayoría de edad comenzó a presentarse en pequeños cabarets y otros centros nocturnos, incluso estuvo en una orquesta del maestro Gilberto Valdés.
Vio cantar por primera vez a Rita Montaner en 1924 y se quedó maravillado. Meses después, al concluir un concierto de Ernesto Lecuona, no pudo resistir la tentación y se acercó a la inigualable cantante y actriz. Al decirle su santo y señas ella se dio cuenta de que siendo un niño muy pequeñito lo había tenido en sus brazos, cuando su madre iba por su casa a cocinarle a la familia. A partir de ese momento empezó a frecuentar su hogar y se establece una relación entre ellos, que sin dudas va á resultar definitoria en la carrera artística de Ignacio Villa.
Ella lo había visto tocar, conocía el repertorio que dominaba el joven y su facilidad para montar con virtuosismo piezas nuevas; por ello, ante el asombro del joven, un buen día de los primeros años treinta es llamado por Rita, que se había quedado sin pianista acompañante, para que se ocupe de ello. Hay referencia precisa, según el investigador Ramón Fajardo, de que el 27 de octubre de 1932 él la acompañó en un espectáculo celebrado en el habanero cine Fausto. A esas alturas Rita era ya una rotunda gloria de Cuba, por lo cual andar en su cercanía era un auténtico espaldarazo para Ignacio Villa, pero hubo más. Ella lo puso en contacto con un muy valioso repertorio de canciones criollas y algo de la mayor importancia. La Montaner le transmitió una disciplina de trabajo muy rigurosa que lo acompañó toda su vida. Ensayar a profundidad y durante largos días una pieza, para después salir a escena y hacerla con gracia y espontaneidad, que parecen haber salido de un impulso inmediato.
Condiciones muy por encima de las posibilidades medias encontró Rita en él, como para elegirlo como su acompañante cuando en enero de 1933 se fue contratada a trabajar a México. Ignacio Villa no había cumplido todavía veintidós años y estaba entrando para siempre por ese camino de luces, sombras, aplausos y saludos, mediante el cual los artistas verdaderos, después de muchas angustias y sudores, empiezan a hablar de tú a tú con la fama.
Entraron a México por Yucatán y en principio no era un contrato largo, pero la aceptación de Rita allí y después en Veracruz, la llevaron definitivamente a la capital mexicana. Antes de que ello ocurriera, para anunciar su actuación primera en tierra azteca, la cantante mandó a poner sin consultárselo: "Rita Montaner con su pianista Bola de Nieve''. Ella sabía que así le decían los muchachos del barrio que le veían tocar, negro y cargado de libras, en el cine silente de Guanabacoa. Y con ese mismo apelativo lo llamó a escena para que cantara y por supuesto se acompañara al piano, una noche en que se quedó sin voz. Justo en este punto de la vida de Ignacio Jacinto Villa Fernández, empezaba a tomar cuerpo el personaje colosal, que se montaría por encima de sus denominaciones de pila.
Antes de eso en Cuba acompañó cantantes y películas mudas y hasta tocó el piano en orquesta; pero no hay noticias de que en algún escenario hubiera cantado apoyándose en ese instrumento, que se convirtió en parte de su integridad.
Anduvo por muchas plazas mexicanas acompañando a Rita y después a otros cantantes como al floreciente Pedro Vargas, pero sin dudas crecientemente le fue atrayendo a Ignacio Villa, representar a Bola de Nieve. De tal modo que en cabarets, teatros y muy especialmente en emisoras radiales se hizo muy popular ya en su condición irrevocable de Bola. Su voz de persona diciendo las canciones en contrapunto con un piano preguntón y delicioso. Su cara pícara como la luna antillana para levantar la sonrisa oportuna y para ser el espejo apasionado de las muchas penas que se tejen en cualquier canción. Y siempre su voz diciendo la canción con filin, poniéndolo a uno entre la espada y la canción, siendo él mismo la canción de la que por suerte, jamás podrá salvarse.
Como sucedería años más tarde con Benny Moré, al regresar a La Habana a finales de 1934,nadie en la Isla sabía quien era Bola de Nieve y tampoco se acordaban mucho de que existía un muchacho pianista de Guanabacoa, que respondiera al nombre de Ignacio Villa. Quien presentó a los cubanos a Bola de Nieve fue el entrañable Ernesto Lecuona, el que ya en México lo había integrado a su compañía y ahora lo pasearía por las principales plazas de la mayor de las Antillas. Sin desdeñar requerimientos de Lecuona o de otros importantes músicos, él pule a diario su personaje de Bola de Nieve, para lo cual, además del talante histriónico, su sabiduría del piano y su voz de "vendedor de duraznos había que hacerse de un repertorio muy particular, suyo nada más. Para ello fue capaz de cantar no sólo en español, sino también en inglés, francés, catalán, italiano, portugués y chino.
Bola acudió a obras compuestas en Cuba por muy conocidas figuras o salidas del anonimato que se hunde en el folclor nuestro, y a todas ellas, a partir del resorte de sus posibilidades creadoras, las dotó desde su emplazamiento insular, de una inefable expresión universal. Sucede con Babalú de Margarita Lecuona, Ay, mamá Inés de Eliseo Grenet, Chivo que rompe tambó y El Manisero de Moisés Simons, Mesié Julian de Armando Oréfiche y de modo relevante con ese anónimo llamado Mamá perfecta.
Él se adueña de canciones, que muy difícilmente uno quiere escuchar en otra voz que no sea la suya, sin importar en dónde y cuándo fueron creadas, sólo basta que sean canciones que puedan ser un vehículo óptimo para ese personaje llamado Bola de Nieve. Pienso en La flor de la canela de la peruana Chabuca Granda, La vie en rose de la francesa Edith Piaff, Alma mía de la mexicana María Grever, Vete de mí de los argentinos hermanos Expósito, Aunque llegues a odiarme, del también azteca Vicente Garrido. Este poderío para enseñorearse de composiciones muy estratégicas de muchos de sus semejantes, se hace evidente hasta el deliquio en títulos de sus paisanos, como No puedo ser feliz de Adolfo Guzmán, Me contaron de ti de René Touzet, Tú no sospechas de Marta Valdés y Adiós felicidad de Ela O'Farrill.
Quienes pudieron gozar de la jugosa conversación de Bola de Nieve, se refieren con frecuencia a su severidad crítica para enjuiciar cualquier canción que llegaba a su conocimiento; quizás por ello comenzaba por su propia obra. No pocas veces se le escuchó decir que sólo había compuesto algunas "cancioncitas". Y claro, él sabía muy bien que no era cierto. Su catálogo autoral está pleno de algunas de las más arrasadoras canciones de amor compuestas en Hispanoamérica. Están para demostrarlo Ay, amor; Si me pudieras querer, No dejes que te olvide y Tú me has de querer. ·
Bola cantó en los cuatro puntos cardinales del planeta y aunque nunca desdeñó los importantes clubes, cada vez más fue llamado a los más importantes teatros de España, Rusia, México, Perú o los Estados Unidos. Aquí en Cuba, en realidad él llegaba a la mayoría de las personas por la radio y en especial por la televisión. También en algunas actuaciones en teatros más bien de sobria cantidad de butacas. Sin embargo, creo que justo en 1971, cuando la muerte casi siempre ejerciendo su profesión de inoportuna, lo alcanza allí mismo en México -donde había empezado a construir su personaje-, él estaba siendo descubierto y gozado cada vez por más personas de su Cuba. Esa certidumbre la cobré por vez primera cuando en los primeros minutos del 26 de julio de 1970, rompió a tocar en el escenario del original teatro Amadeo Roldán de La Habana rebosado de público. Afuera y muy cerca estaban miles de personas entregadas a los goces del carnaval, pero dentro del prestigioso coliseo no cabía un alma más. Todos escuchaban esa trenza magnífica que es la voz y el piano de Bola, mientras él hacía su repertorio más exigente con toda delicia. Antes de marcharse de las tablas, con la candidez del niño de Guanabacoa que nunca dejó de ser, hizo que el piano vibrara con la Marcha del 26 de Julio.
Sacudidos por su muerte repentina, o por la impresión que desata escucharle, se escribieron poemas y canciones como la de Carlos Varela que habla de su entrañable fantasma en el restaurante Monseigneur. Y a través ,de los años he conocido intérpretes que le han tributado homenajes con espectáculos y discos, como la peruana Susana Baca y los cubanos Miriam Ramos y Pancho Céspedes. Ellos han puesto la devoción y el empeño por dialogar, o prolongar, el ejercicio de uno de nuestros músicos irrepetibles, y los demás tenemos que agradecer el gesto; pero al final en verdad, para los momentos en que uno necesita quedarse con uno mismo, o compartiendo en la luz que comienza o en la penumbra que camina hacia lo oscuro, con lo que más se quiere: no hay nada semejante como la voz cómplice de Bola cayéndonos encima._ Bladimir Zamora Céspedes.


Bola de Nieve - Grandes Éxitos (2007)

Temas:
01. Ay, Amor! (Ignacio Villa)
02. Vete De Mí (Hermanos Expósito)
03. La Flor De La Canela (Chabuca Granda)
04. Babalú (Margarita Lecuona)
05. Drume Negrita (Eliseo Grenet)
06. Si Me Pudieras Querer (Ignacio Villa)
07. No Puedo Ser Feliz (Adolfo Guzmán)
08. La Vie En Rose (Edith Piaff)
09. Alma Mía (María Prever)
10. Adiós Felicidad Ela O'Farrill)
11. Be carefull It´s My Heart (Irving Berlin)
12. Me Contaron De Ti (René Touzet)
13. No Dejes Que Te Olvide (Ignacio Villa)
14. Tú No Sospechas (Marta Valdés)
15. Felicidad (José Sabre Marroquí)
16. Vito Manue (Nicolás Guillén/Eliseo Grenet)
17. Ay Mamá Inés (Eliseo Grenet)
18. Espabílate (Nicolás Guillén/Eliseo Grenet)
19. Ya No Me Quieres (María Grever)
20. Tú Me Has De Querer (Ignacio Villa)
21. Aunque Llegues A Odiarme (Vicente Garrido)
22. Mamá Perfecta (Anónimo)
23. Chivo Que Rompe Tambó (Moisés Simons)
24. Mesié Julián (Armando Oréfiche)
25. El Manisero (Moisés Simons)

martes, 13 de enero de 2009

Javier Limón - Son de limon

                                                                                      

Francisco Javier López Limón (Madrid, 1973), más conocido artísticamente como Javier Limón, es un compositor, productor y guitarrista español dedicado sobre todo al flamenco.​ Tiene una trayectoria dilatada con importantes premios y discos de éxito de artistas como Buika, Bebo Valdés, Diego el Cigala, Andrés Calamaro o Nella Rojas.
Cursa estudios clásicos de piano y oboe en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Posteriormente complementa su formación con el estudio de sus raíces andaluzas y flamencas, lo que le sitúa como una referencia internacional de la música, tanto en la faceta de compositor como en la de productor. Actualmente está especializado en flamenco, jazz, latín jazz y músicas del mundo.
Las características principales en la carrera de Javier Limón son la versatilidad en las diferentes tareas que ha asumido (compositor, guitarrista, productor, profesor, bandas sonoras, presentador de TV, etc.) y la diversidad, tanto en los países y culturas como en los estilos en los que ha profundizado (flamenco, jazz, músicas de Grecia, Portugal, India, Turquía, Israel, Holanda y casi todos los países de Latinoamérica)... ~ (wikipedia)

"Son de Limón" es el segundo álbum de
Javier Limón como líder en el que se sumerge en todas sus influencias musicales y se rodea de una banda de músicos excepcional, posiblemente la más completa que toque ahora en España. Esta banda de Flamenco/Latin/Jazz es una consecuencia natural de la maravillosa afluencia que España ha recibido de músicos latinos y en concreto cubanos, y de su encuentro con la comunidad flamenca. Junto a estos chicos Javier Limón ha encontrado el vehículo ideal para recorrer este camino, un camino flamenco y racial pero a la vez diverso y universal, son de limón. Aquí las melodías son interpretadas tanto por la guitarra flamenca como por la trompeta, el saxo tenor o el piano… Las bases rítmicas y los patrones flamencos, habitualmente oídos a cajón y palmas, se ven reforzados por instrumentos con sonoridades más amplias, como la batería latina, la conga o la percusión menor. También armónicamente Limón ha buscado nuevos caminos a la hora de vestir sus melodías, para ello la diversidad de colores de esta banda abre nuevos caminos a la hora de crear nuevos acordes y sonoridades.

                                                                       
                                                                                      

Javier Limón - Son De Limón (2007)

Temas:
01. Habanerias (Bulería)
02. A La Orilla Del Alma (Siguiriya)
03. Misterios Del Amanecer (Bulería)
04. Travesia (Tangos)
05. Consuleo Y Candela (Bolero)
06. Contraviento (Bulería)
07. Lluvia De Sal (Tangos)
08. El Git (Semisamba)
09. Agua De Limon (Canción)
10. Laberinto De Canela (Rumba)
11. De Madruga (Bulería)
12. Preguntale Al Mar (Tango Por Soleá)

Musicos:
Javier Limón (Guitarra flamenca, palmas, arreglista)
Chucho Valdés (Piano en tema #1)
Ivan González Lewis "Melón" (Piano y teclados en temas #3, #6, #9 y #10)
Dany Noel (Bajo, arreglos de metales y voz en temas #5,#7,#12)
Horacio "El Negro" Hernández (Batería en tema #1)
Kiki Ferrer (Batería en temas #4, #5, #6, #8, #9, #10 y #11)
Ramón Porrina (Percusión flamenca, Voz en tema #9)
Carlitos Sarduy (Trompeta y fiscornio)
Román Filiú (Saxo alto)
Inoidel González (Saxo tenor)
Mandela (Trombón)
Paquete (Mandolina, palmas)
Cuarteto Amalia Rodríguez (Cuerdas)
Simbad y Gori (Palmas)
Voces:
Buika (Voz en tema #1)
La Negra (Voz en tema #9) 
Potito (Voz en tema 3 y coro en tema #11)  
Rafael Jiménez (Voz en tema #5, #7, #12)

domingo, 11 de enero de 2009

Septeto Nacional Ignacio Piñeiro - Noche de Conga

           

Este álbum es un homenaje al ochenta aniversario de la fundación del Septeto Nacional, organizado por Ignacio Piñeiro en 1927, época de pleno apogeo del son, donde a pesar de la dura competencia logró convertirse muy pronto en agrupación insignia del género, llegando incluso a conquistar una medalla de oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla celebrada dos años más tarde.
En 1934 la dirección va a pasar a manos del trompetista Lázaro Herrera, siendo esta una etapa en la que experimentaron largos períodos de inactividad que lo pusieron al borde de su definitiva desintegración, hasta que en 1954, gracias al esfuerzo del musicólogo Idilio Urfé se reorganiza, situándose nuevamente Piñeiro al frente de la misma hasta su muerte ocurrida en 1969, momento a partir del cual continúan su labor otras figuras como Rafael Ortiz y Carlos Embale.

Herederos de una rica tradición, los actuales integrantes de El Nacional, ahora bajo la dirección de su cantante Eugenio Rodríguez “Raspa”, logran asumir el reto de mantener viva la leyenda, lo cual se evidencia en el presente disco, donde rescatan dignamente un repertorio antológico de excelencia al que pertenecen clásicos que le han dado la vuelta al mundo como Échale salsita, Suavecito, No juegues con los santos y Esas no son cubanas.
                                                                 
                                                                             

Septeto Nacional Ignacio Piñeiro - Noche de Conga (2006)

Temas:
01. Échale Salsita
02. No Juegues Con Los Santos
03. La Mulata Cubana
04. Suavecito
05. Mentira Salomé
06. La Cachimba De San Juan
07. Noche De conga
08. Sol De Verdad
09. Esas No Son Cubanas
10. Todo En Conjunto
11. Bardo
12. Coco Mai Mai
13. El Palomo
14. Tema 

Musicos:
Eugenio Rodríguez "Raspa" (Director, cantante)
Francisco Oropesa Fernández "El Matador" (Bongosero)
Enrique Collazo (Tres)
Dagoberto Sacerio (Guitarra, segunda voz)
Agustín Someillán (Trompeta)
Raúl Acea Rivera (Contrabajo)
Julio Martínez Hernández (Voz, maracas)

sábado, 10 de enero de 2009

Bebo And Cachao- Jazzcuba Vol.2

Bebo And Cachao- Jazzcuba Vol. 2 (2007)

Temas:
01-Sabor
02-Tranquilo niño
03-Estoy matizando
04-Cactus mambo
05-Dile a Catalina
06-Special del Bebo
07-Melodia brillante
08-Conciencia musical
09-El Señor violin
10-Carlos, Yera y Pascualito
11-El estio

Más información relacionada
El jazz latino es una vertiente del jazz que combina melodías africanas y latinas.Las dos principlaes categorías del Latin Jazz son la Brasileña y la and Afro-Cubana.El Latin Jazz Brasileño incluye el bossa nova y la samba. El Jazz Afro-Cubano incluye salsa, merengue, songo, son, mambo, bolero, charanga y cha cha cha El Latin Jazz se originó a finales de los Años 40 cuando Dizzy Gillespie y Stan Kenton comenzaron a combinar el ritmo y la estructura de la música Afro-Cubana, ejemplificada por Machito y sus Afro-Cubanos, con instrumentos de jazz.En comparación con el Jazz Americano, el Latin Jazz emplea un ritmo fijo, parecido al ritmo swung. Latin Jazz raramente emplea un compás tocado en cuatro, pero usa una forma de clave. La conga, el timbal, güiro, y claves son instrumentos de percusión que contribuyen al sonido Latino.La Samba se origina en la música Afro-Brasileña del siglo XIX tal como el Lundu. Emplea una forma modificada del clave. El Bossa Nova es una música híbrida, que utiliza algo del ritmo de la Samba pero influenciada por música Europea y Estadounidense desde Debussy a US jazz. El Bossa Nova se origina en los Años 60, principalmente por los esfuerzos de los brasileños Antonio Carlos Jobim, João Gilberto, y el estadounidense Stan Getz. Su canción más famosa es Garota de Ipanema (La Chica de Ipanema), cantada por Gilberto y su esposa, Astrud Gilberto.
Imagen alojada por servimg.com
De donde viene el nombre de L'Ostia???

A inicios del siglo XVIII los vecinos de la Barceloneta se quejaban porque el cierre de los portales les hacía difícil asistir a las funciones de noche, puesto que cuando salían del teatro (Principal de la Rambla) no podían volver a casa porque encontraban cerrado el portal de Mar. Las autoridades militares accedieron a cerrar el portal de Mar media hora despues de que terminase la función del teatro, dos días a la semana que quedaron fijados.
Este horario extra fue calificado de "La Hora de L'Ostia", en alusión al nombre humorístico de L'ostia que se aplicaba a la Barceloneta.
Hay otra versión puritana relativa al origen del nombre "Ostia" dado a la Barceloneta, que recordaba que este mote quería decir Puerta en latín y puesto que el barrio fue hecho extramuros, era una especie de puerta marítima de Barcelona. Es posible que el origen de la denominación fuese un juego de palabras, pero lo que es indudable es que a nivel popular, cuando se decía que la Barceloneta era l'Ostia, se decía en un tono muy poco latín, mas bien referido a la composición eminentemente obrera i a la constante agitación política del barrio.
Fuente: Joan Amades. Historias y leyendas de Barcelona.

No confirmado. Un carguero italiano de la ciudad de Ostia que transportaba madera naufragó y los marineros y tripulantes estuvieron viviendo en barracas en la playa durante unos años hasta que fueron rescatados y devueltos a su ciudad.

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