"Fue increíble", comenta Melvyn Price en la grabación de su obra maestra Rhythm and Blues, que se comprometió por primera vez con el vinilo hace casi treinta y cinco años. Aunque el récord fue el resultado de muchos años de arduo trabajo y un salto a ciegas al otro lado del mundo, fue un incidente peculiar que predijo el potencial mágico de la noche. “Antes de ir al estudio, me iba a hacer el almuerzo”, recuerda el conguero / trombonista. "Entonces rompí el primer huevo en la sartén y eran gemelos. Ahora pongo dos yemas en la sartén. Y así rompí el segundo huevo y también había dos yemas allí. Y tenía mucha comida de dos huevos. dijo: 'Wow, ¿esto significa algo?' ". Para Price, esta noche produciría Rhythm and Blues: un popurrí de chuletas escandinavas y percusión latina que, aunque nunca hizo grandes olas en Estados Unidos, fue un fenómeno leve en la Suecia adoptada por Price. Ha pasado las últimas tres décadas en relativa oscuridad hasta esta merecida reedición.
Price, nacido en 1946, creció en Pontiac, Michigan, una ciudad de clase trabajadora en las afueras de Detroit. Aunque Price tocaba el trombón en la banda de música, se sintió fascinado por la música folk libre asociada con el floreciente movimiento beat de principios de los sesenta. Con una paleta musical diversa, partes iguales de Motown y Bohemia, Price formó el Afrikan Folk Ensemble como un medio para difundir un mensaje musical más ecléctico en toda América Central.
A medida que aumentaba la tensión política derivada del movimiento por los derechos civiles y la Guerra de Vietnam, las actuaciones del Afrikan Folk Ensemble pasaron gradualmente de los confines íntimos de las cafeterías al entorno dinámico de protestas y mítines. Estas mismas presiones empezaron a pasar factura a Price, quien, una vez que aparecieron los encargados del reclutamiento, huyó a Europa con una conga a la espalda.
"Suecia era entonces un país de jazz", recuerda Price. "Dexter Gordon, esta gente fue grandiosa. ¡Y el jazz era el rey! Encienda la radio, tendría suerte de escuchar una melodía de James Brown. Fue así. El jazz lo era todo aquí". Después de conocer y casarse con una joven sueca, Price regresaría a los Estados Unidos, pero solo momentáneamente. Con su primer hijo en camino y las tensiones sociales en aumento, los dos anhelaban un ambiente más adecuado para una familia joven.
Tras el asesinato de Martín Luther King Jr., Price regresó a Suecia para siempre. Su primer compromiso musical fue como trombonista Far Al Sharpe and the Funky Flames. Sharpe, nativo de Sudán, había reunido una banda predominantemente europea especializada en la música pop de la tierra natal de Price. Esto parecería una transición natural al estilo soul-jazz que se encuentra en Rhythm and Blues, pero Price tomó una ruta un poco más escénica para llegar a esta grabación destinada. A finales de los 60 y principios de los 70, el ballet de jazz era la actividad aeróbica elegida por las mujeres más activas. Price comenzó a unirse a su amigo, el percusionista trinitario Rupert Clemendore, en sus conciertos en la Academia de Ballet de Estocolmo, donde los dos proporcionarían acompañamiento rítmico a los bailarines. La cliente de Price y eventual productora, Doris Aronsson, se acercó a Price con una idea brillante.
"Ella dijo: 'Oye, suenas genial. Pero debería haber un álbum hecho solo para bailarines'", recuerda Price. “Así que trabajamos en eso, pero nadie nos dio un contrato de grabación. Fui a una compañía discográfica y el hombre dijo: 'Bueno, este tipo de disco, no hay mercado para él'. Así que nos dio algunos materiales y dijo: 'Oye, hazlo tú mismo, porque no va a vender nada' ".
En 1970, Price y Aronsson lanzaron Jazzbalettrytmer (Jazz Ballet Rhythm) en su sello homónimo Mel-Dor para el deleite de la comunidad de danza europea. Al año siguiente, Price capitalizó su impulso musical grabando Rytmer II, que fue recibido con mayor entusiasmo, cruzando los mercados del jazz a pesar de la escasa instrumentación, principalmente de percusión. En 1974, después de completar dos años de formación en composición y teoría en la Facultad de Educación Musical de la Universidad de Estocolmo, Price estaba listo para completar su trilogía musical. A miles de kilómetros de Pontiac, Michigan, Melvyn Price hizo una declaración musical audaz con un nombre audaz: un álbum que se llamará Rhythm and Blues.
A pesar de la naturaleza atemporal del disco y del formal brillantemente simple, pocos de sus conspiradores apreciaron su visión progresista y pausada. "En ese momento, dirías, 'Oye, hombre, está pagando tanto o tanto o prefieres esperar las regalías?' Todos estaban tan desesperados en ese entonces que decían: 'No, hombre. ¡Quiero mi dinero ahora!' Algunos de los muchachos ni siquiera creían en lo que estaba haciendo en el estudio. Simplemente decían: 'Ah, hombre. ¡Dame mi dinero!' Era ese tipo de cosas cortadas y secas ".
Rhythm and Blues funcionaría razonablemente bien en Europa y sus alrededores, completando,en su mayor parte, el último capítulo de la biografía musical de Melvyn Price. Todavía vive en Suecia, donde sus tres hijos, Magnum, Mingus y Marcus, están activos en la escena musical sueca. Están siguiendo un camino pavimentado en parte por los eventos de una fatídica noche en 1974 cuando el mayor Price rompió algunos huevos extraños. "Tal vez fue sólo una coincidencia", teoriza Price. "Pero eso se me quedó grabado, porque fui a tocar en el concierto, y siempre pensé en eso. ¿Fue una coincidencia romper dos huevos? Y tal vez fueron tres; tal vez el tercer huevo también tenía dos huevos. No sé de qué granja eran ... "_Jan Kirby
Temas:
01. Voodo Love Dance
02. Toward Brazil
03. Behind Kungsträdgården
04. Happiness Is...
05. Five O'Clock Traffic
06. Last Train
Musicos:
Melvyn Price (Trombón, Conga, Arreglista)
Jon Dill (Congas)
Ed Epstein (Saxo Tenor)
Luis Agudo (Percusión)
Guy Roellinger (Bajo Eléctrico)
Björn Alke (Contrabajo)
Björn Wolff (Piano)
Gunnar Nyberg (Batería)
Fredrik Norén (Batería)
Los Compadres es el nombre de una representativa agrupación musical de son, originaria de Santiago de Cuba.
