Con el calentamiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, las posibilidades de reciprocidad musical han aumentado rápidamente. Como alguien que ha admirado durante mucho tiempo la música de nuestra vecina isla del sur, el trompetista y compositor con sede en Chicago Orbert Davis se apresuró a tomar la iniciativa, pasó nueve días en La Habana con el coreógrafo nacido en Cuba Frank Chávez en octubre de 2012 y regresó con el esbozo de su "Havana Blue Suite" de siete partes, que explora y delinea las tentadoras armonías y ritmos que forman parte de la vida cotidiana en Cuba.
La suite, que fue grabada en un concierto en la base de operaciones del Chicago Jazz Philharmonic Chamber Ensemble, el Auditorium Theatre de la Universidad Roosevelt, se presentó como una empresa de colaboración con River North Dancers de Chávez, quienes, por supuesto, no se pueden ver (ni escuchar) en el CD. El Conjunto de Cámara está compuesto por diecinueve miembros, incluidos dos violines, una viola y un violonchelo, además de trompas, lengüetas, ritmo y percusión. La suite incorpora sólo dos movimientos vertiginosos, el primero de los cuales, "Al Tin De Vi", no fue escrito por Davis sino por Ernesto Lecuona, uno de los compositores más célebres de Cuba (autor de "Siboney", "Malagueña" y "La Brisa y Yo", entre otras obras). La segunda entrada optimista es la dinámica "Havana @ Twelve" de Davis.
"Queríamos crear una versión innovadora y contemporánea de la música afrocaribeña", dice Davis, "partiendo del cliché de tempos rápidos, colores brillantes y camisas con volantes". Misión cumplida. La suite es encantadora en todos los aspectos; más templado, quizás, de lo que cabría esperar, pero no menos seductor por ello. Davis toma la mayoría de los solos, sin dejar motivo de queja en esa área. La suite se cierra con una versión truncada de "Orlando's Walk", que se repite más tarde como parte de una sesión de estudio diseñada para aumentar el tiempo de reproducción de la suite de menos de veintinueve minutos. Aunque no se enumeran cambios de personal en la cubierta del álbum, las pistas de estudio fueron claramente grabadas por la big band de la Filarmónica de Jazz, no por su conjunto de cámara (más metales, sin cuerdas).
Al primero de ellos, la rítmica "Chega de Saudade" de Antonio Carlos Jobim, un escaparate del expresivo fliscorno de Davis, le siguen en orden "Manteca" de Dizzy Gillespie y las composiciones de Davis "Seraphim" y "Orlando's Walk" (ampliada versión). "Seraphim" es una hermosa melodía parecida a un vals con Fender Rhodes y solos de flugel a juego, "Orlando's Walk", un cha-cha descarado que cierra el álbum con una nota auspiciosa después de algunos intercambios de trompeta ardientes entre Davis y (presumiblemente) Chris Davis o David Spencer, o quizás ambos. Havana Blue es un resumen brillante y colorido de la música cubana filtrada a través de los ojos y oídos de un magnífico compositor de jazz estadounidense que sin duda admira, aprecia y comprende el género._Jack Bowers (allaboutjazz)