En esta primera etapa de la danza (óigase El Sungambeto), se van echando los cimientos del futuro danzón, cuya parte coreográfica es anterior a la musical, En efecto, cuando el músico matancero Miguel Failde estrena en el Club de la Ciudad de Matanzas (12 de agosto de 1879) su danzón Las Alturas de Simpson, no hacía otra cosa que adaptarle música a un baile de figuras muy popular por esa época denominado DANZON, El trabajo musical de Failde fue realizado a insistencia de un grupo de amigos y admiradores de talento, quienes le pidieron una música para bailar, de un tempo más sosegado que los de la contradanza y danza, bailes obligados de la sociedad de ese tiempo. Enumerar y analizar los distintos aspectos creados por Faílde en su danzón, es tarea de un ensayo y no de unas notas, pero baste decir que fue el forjador de una forma, mediante la cual se pudo canalizar todos los elementos sustanciales del conglomerado de géneros, estilos y formas que se reúnen en la música popular de Cuba, así como en las vivencias españolas y africanas, Mientras la contradanza y la danza (primera etapa) cuentan con dos secciones, cada una de 16 compases, el Danzón de Faíide se conforma de tres partes de 16 compases, que se denominan: Introducción, parte o trío de clarinete y trío de metales. Como es lógico los dos últimos tríos denuncian por sus nombres ta presencia de un tipo determinado de orquesta. Es la llamada popularmente Orquesta Típica. compuesta de un cornetín, un trombón de pistones, un figle, dos clarinetes en Do, dos Violines, un contrabajo, dos timbales (timpanl) y un güiro criollo.
Junto a Faílde se distinguió como autor y director de orquesta el popular Raimundo Valenzuela (1848-1905), personalidad relevante del danzón trombonista excepcional que contribuyó con su ingenio a mejorar las instrumentaciones de danzones y a utilizar elementos populares en sus melodías, José Urfé buscó un nuevo elemento rítmico, el son oriental, para estructurar su famoso El bombin de Barretó (1910), que transformó la coreografía clásica del danzón, de cierto rigor, por una más abierta a los más variados pasillos. De esta época datan los aportes de grandes autores como Enrique Peña, Chencho Cruz, Corbacho, Felipe Valdés, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet. Ricardo Reverón, Pablo O'Farrill. En esta época comienza a divulgarse una nueva combinación instrumental, la Orquesta Charanga a la francesa (flauta de cinco llaves, piano, violín, contrabajo, pailitas (timbales pequeños) y güiro, Fuera de ciertas innovaciones de tipo instrumental, el danzón no sufrió más alteraciones hasta que el matancero Aniceto Diaz tomó varios elementos del mistno combinándolos con Otros del son y creó su danzonete en 1929, Puede decirse que a inicios del siglo comienza a perfilarse también la nueva danza, la que se compone de dos secciones de 32 compases cada una, escrita la primera en 2/4 y la otra en 6/8. Como ejemplo de esta danza se incluye en este disco la que se titula El ñáñigo. Se ofrece en dos versiones instrumentales distintas, pero tradicionales: la de la orquesta típica y la de la charanga con flauta. Confrontándose ambas ejecuciones podrá apreciarse la diferencia entre ambos conjuntos instrumentales: en la orquesta típica tres grupos instrumentales: madera; clarinetes en Do; metales; cornetín, trombón y figle; cuerdas: violines primeros y segundos y contrabajo, La batería la representa el timpani criollo y el güiro. Obligados a actuar coordinadamente los Instrumentistas de cada grupo buscando el ensamble en el fraseo y escasas variaciones o floreos. La típica contrasta con la Charanga en la interpretación de un mismo documento, cuando los charangueros bordan con absoluta liberalidad expresiva la ejecución alegre, y rítmicamente vigorosa de la danza del oriental Enrique Peña. La versión de la Charanga determina el gran dominio que cada músico demuestra en su instrumento, ya que en este tipo de orquesta se manifiesta el estilo concertante de cada uno de los músicos.
Tres lindas cubanas (1926) de Antonio María Romeu da fe de este aspecto concertante, sobre todo en el piano, en el danzón cubano, El virtuosismo se entronizó dentro del danzón en ejemplos como El violín mágico, de Reverón; Canta contrabajo, de Israel López; Fefita, de José Urfé. La audición del danzón Mambo (1939), de Orestes López, en su parte final realiza un motivo sincopado similar al que usaban los treseros de son para iniciar sus montunos. Sobre este diseño, Antonio Arcaño improvisaba variaciones flautísticas, enfatizando el complemento rítmico hasta alcanzar un clímax de intensidad que arrastra a los bailadores a una euforia indescriptible, exteriorizada en pasos, gestos y movimientos danzarios. Arcaño bautizó este estilo producido en la parte final del danzón Mambo de Orestes López, como danzón de nuevo ritmo. En este estilo de nuevo ritmo se crearon gran número de danzones. De esta combinación rítmica también surgió el mambo, de Pérez Prado y el cha-cha-chà, de Enrique Jorrín. La engañadora, cha-cha-chá de Enrique Jorrin, es un estilo vocal-instrumental que toma también elementos del danzón Mambo de Orestes López, pero cambia la estructura formal en forma novedosa: Introducción-copla-puente-coda. Posteriormente el cha-cha-chá evoluciona y toma otras formas. También varía la estructura instrumental al introducirse instrumentos electrónicos. Este disco ofrece una síntesis de la historia del danzón cubano hasta 1960. Es una grabación realizada en el ICAIC, bajo la dirección artística del pianista y musicólogo Odllio Urfé. Esta orquesta folklórica estaba organizada según los estilos imperantes en cada época: la orquesta típica de metales y la charanga a la francesa. Los músicos que integraron dicha orquesta fueron; los siguientes: Oscar Velasco (Florecita) trompeta; Pedro Jiménez (Pucho), trombón; Félix González, figle; Juan J. Junco y Norberto Junco, clarinnetes; Rafael Blahco, timbales Francisco Vergara, güiro. Aurelio Herrera, flauta; Odilio Urfé, piano; Salvador Muñoz, Miguel Valdés, Pedro Hernández y Jeová Ordóñez, violines; Juan Rodriguez, cello. Orestes Urfé, contrabajo, y Rafael Btanco, pailitas._Dirección artística y texto (Odilio Urfé)
Orquesta Folklorica Cubana - Antologia Del Danzon (1979)
Temas:
01. San Pascual (Contradanza - Anónimo)
02. El Dedo De Landalucie (Danza - Anónimo)
03. El Sungambelo (Danza - Anónimo)
04. Las Alturas De Simpson (Danzón - Miguel Failde)
05. El Bombin De Barreto (Danzón - José Urfé)
06. El Ñañigo (Danza - Enrique Peña)
07. El Ñañigo (Danza - Enrique Peña)
08. Linda Cubana (Danzón - Antonio M. Romeu)
09. Rompiendo La Rutina (Danzonete - Anizeto Díaz)
10. Mambo (Danzón - Oreste López)
11. La Enganadora (Cha-cha-chá - Enrique Jorrín)
Orqueta Folklórica Cubana, bajo la dirección de Odilio Urfé, grabado en La Habana en 1961.
Información cedida por Osvaldo M.