Pon a tres poderosos percusionistas cubanos juntos en cualquier momento y el fuego inextinguible de la creatividad está destinado a ser encendido. Algo le sucede a los hombres que parecen compartir una alegría de vivir que es contagiosa. Tal vez la Descarga enflame la música para que un verdadero incendio forestal de percusión se propague en la música incontrolablemente. Afortunadamente esto es exactamente lo que sucedió en esta sesión titulada Ritmo y Candela - Ritmo en la encrucijada presentando al gran conguero Carlos "Patato" Valdés, el trampero y maestro del timbal José Luis "Changuito" Quintana y ese otro gran timbalero Orestes Vilató. Otra razón por la que este álbum brilla es porque es magníficamente producido por Greg Landau, conocido por su toque Midas, del que hemos sido testigos una y otra vez.
El dominio de estos músicos es insuperable. Ha sido por décadas. El Sr. Landau ha aprovechado esta música para escribir según sus estilos y fortalezas individuales. Escucha cualquier pista y oirás lo que quiero decir. Pero si quieres que toda la fuerza de la música afrocubana de estos legendarios maestros resuene en tu alma, entonces Desde el Fondo del Río es un muy buen ejemplo. Es antiguo y moderno, y otros músicos también se destacan. En particular, Rebeca Mauleón es sobresaliente, como el bajista Joe Santiago, cuyas notas guturales impulsan la música a un ámbito increíblemente enrarecido, los sintetizadores de la Sra. Mauleón agregan poderosos armónicos a la música. Su dominio del idioma siempre ha sido considerado impecable. Aquí Rebeca Mauleón suena casi musculosa y su juego está bellamente desprovisto de signos femeninos, metamorfoseándose en cambio en algo de machismo vigoroso y, sin embargo, decorado con una gracia insuperable.
Este álbum se lanza a cualquier lista de álbumes esenciales. La escritura, por muy sugerente que pueda ser, es algo digno de contemplar. Además, los músicos se aferran a sus voces individuales de tal manera que aportan una fabulosa individualidad al proyecto. Y, sin embargo, cada canción es prácticamente diferente de la que le precedió. Esto tiene todo que ver con el espectacular soli. En Luz, por ejemplo, es el turno de Orestes Vilató y Enrique Fernández de mostrar sus artes. Se produce un sol brillante y esto es seguido por el ingenio superficial de Patato, que parece ser la estrella de la sesión. Esto no significa que Changuito y Vilató no sean parte del triunvirato celestial. En cambio, los tres percusionistas se alimentan mutuamente de la vitalidad.
Es necesario mencionar especialmente a Enrique Fernández, quien contribuyó a la escritura emocionante y visceral y esto no debe pasar desapercibido. Además de ser un excelente instrumentista, Fernández es también un extraordinario compositor y arreglista. Y luego está la inefable Rebeca Mauleón. No hay palabras de elogio lo suficientemente altas para sus contribuciones a este álbum. Fortuitamente, esta fecha produjo música para ser honrada con una nominación al Premio Grammy a la Mejor Interpretación del Jazz Latino en 1996. Y luego también hubo una fecha de seguimiento que también produjo la magnífica Encrucijada Africana. Juntos, estos dos álbumes forman una parte esencial de cada biblioteca de Latin Jazz._(latinjazznet)
La colaboración de Changuito, Patato y Oreste Vilató en esta sesión de grabación es un encuentro de tres leyendas de la percusión afrocubana, cada una de las cuales ha desarrollado su propio enfoque de la música. Desde 1959 tiene. Hubo poca interacción entre los músicos cubanos que viven en los Estados Unidos y los que están en Cuba. Muchos de los músicos cubanos que se establecieron en Nueva York se convirtieron en parte de una próspera comunidad musical que produjo fusiones históricas de ritmos cubanos con jazz, interpretaciones clásicas de la música tradicional cubana y más tarde el desarrollo de "salsa, un estilo inspirado y forma del hijo cubano y guaracha.
En Cuba, los amantes de la música siguieron muchas de las tendencias de la música pop estadounidense tanto como los estadounidenses bailaron al mambo, el cha cha y la rumba. A pesar de la ausencia de música pop occidental en las ondas cubanas durante las décadas de 1960 y 1970, los músicos cubanos incorporaron elementos de rhythm and blues y jazz en su música haciéndose eco de los sonidos que se transmiten a través del Estrecho de la Florida. El público cubano clamó por el ritmo y la sensación de la batería, las guitarras eléctricas y los órganos eléctricos, el sonido característico de la música pop moderna. Muchos grupos cubanos crearon híbridos que combinaban elementos de la música pop occidental con el hijo cubano incorporando los sonidos de los órganos eléctricos de Vermona de Alemania del Este y las armonías doo-wop en la mezcla musical. Las primeras grabaciones de la Orquesta Ritmo Oriental y Los Van Ván documentan este período de transición que se asemeja a la locura del Latin Boogaloo aquí en los Estados Unidos.
Changuito, junto con muchos jóvenes músicos de Cuba, estudiaron cintas de Blood Sweat and Tears, Pink Floyd, Chick Corea y muchos otros, tomando prestados estos estilos e incorporándolos en sus propios marcos cubanos. Las primeras grabaciones de Los Van Ván muestran las fusiones funky de los estilos de percusión cubanos y los sonidos del rock moderno, proporcionando a la juventud cubana una versión cubana de las tendencias actuales de la música popular. Changuito fue capaz de transmitir la intensidad y el backbeat de la música rock en el marco de la música de baile cubana. Probablemente ha influenciado a todos los trap drummer que tocan la música cubana o la salsa creando una configuración de batería única con cencerros y timbales incorporados en el set y una sensación rítmica que conecta la batería sin esfuerzo en el tumbao de los otros instrumentos de percusión. El baterista veterano Walfredo de Reyes atribuye a Changuito la incorporación de elementos de los ritmos de Abakua y otras formas de música ritual afrocubana. Recuerda un encuentro entre Dave Weckl, un baterista de Chick Corea, y Changuito, donde Weckl expresó desconocer las referencias rítmicas en las complejas polirritmias de Changuito.
Patato Valdés actuó en Cuba como conguero e interpretó al bailarín con algunas de las mejores bandas del país, incluyendo Sonora Matancera y Conjunto Casino. Creó su propio estilo característico que enfatiza las características tonales de los tambores y crea melodías que dialogan con el bajo y otros instrumentos armónicos. ¡Su acercamiento melódico al tambor de conga le permite crear tonos cautivadores que mantienen el efecto de sotavento! del tumbao sin trepidar sin cesar el mismo terreno rítmico. La energía ilimitada y la dinámica creativa de Patato han añadido sabor a muchos conjuntos de jazz y ha proporcionado un modelo para que los jóvenes bateristas sigan a través de cintas de instrucción y diseños de tambores conga. Es difícil hablar de la historia del tambor conga sin mencionar su nombre. Viendo a Patato sintonizar los tambores, recuerda a un violinista maestro afinar un Stradivarius. Camina alrededor de los tambores, mirándolos, tocándolos, golpeando con fuerza un puño sobre las pieles y acariciando hermosos tonos musicales de ellos. "Solo trato de dejar salir el sonido del tambor, lo golpeo con amor y ternura y podemos hablar como uno", nos dijo, explicando su técnica.Hay muy pocos músicos de timbal que podrían ponerse de pie con estos dos gigantes de percusión sin sentir la tensión. Orestes Vilató ha sido durante mucho tiempo respetado como el timbalero tocador del timbal, un innovador y perfeccionista que hace que la batería cante y cante al extraer una amplia gama de sonidos y ritmos de las pieles. Su carrera abarca más de 30 años durante los cuales ha grabado algunos de los trabajos definitivos en música latina. Su experiencia se extendió desde la banda clásica de Ray Barretto de los años 60 y principios de los 70 hasta Santana, Cachao, Fania All Stars y Jackson Browne. Orestes recuerda haber conocido a Patato en Cuba cuando tenía seis años. Más tarde tocó con él en Nueva York. "Sentí que Changuito y yo éramos almas gemelas incluso antes de conocerlo. Cuando hablamos, mencionó que las canciones que había tocado en la década de 1970 fueron influencias sobre él. También escuché a Los Van Ván y sentí una afinidad con él como un percusionista y como cubano ". Notas de Greg Landau
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Patato, Changuito y Orestes - Ritmo y Candela (Rhythm at the Crossroads) (1995)
Temas:
01. San Francisco Tiene Su Propio Son
02. Descarga En Faux
03. Desde El Fondo Del Rio
04. Luz
05. Yo Tengo Ritmo
06. Oguerte
07. Calipso En Las Nubes
08. Guiro Para Qgun
09. Los Maestros Hablan
Musicos:
Carlos “Patato” Valdes (congas)
Jose Luis “Changuito” Quintana (drums, timbales)
Orestes Vilató (timbales, bongo, percussion, guiro, bell)
Rebeca Mauleón (vocals, piano, synthesizer, chekere)
Enrique Fernández (alto, tenor & baritone saxophones, flute)
John Calloway (flute, synthesizer)
Greg Landau (guitar, tres)
Joe Santiago (bass)
Jeff Narell (steel drums)
Felix “Fito” Reinoso (vocals)
Michael Spiro, Edgardo Cambon (chekere, background vocals)
Lazaro Games, Lazaro Bages, Ollan Christopher, Tammy “Omi Ade” Ozier, Christina “Ochún” Velasco (background vocals)
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