Después de leer las primeras páginas del texto: ¡Caliente!, Una historia del Jazz Latino de Luc Delannoy, me fluye una cosmovisión que rompe los esquemas musicales para tomar posesión en los hechos de la historia y la vida misma. La música no es un fenómeno o rueda suelta del acontece

Apoyado en esta simple premisa, formularé algunas consideraciones fuera del contexto musical algunas, pero de gran incidencia para el surgir y desarrollo del Jazz Latino en NY.
Para una mejor comprensión del Jazz Latino, es menester tener claro algunas nociones sobre la relación política de USA con los países latinoamericanos, con énfasis en el área del Caribe y en especial Cuba.
Ahondar en las razones que motivaron el exilio de los cubanos a USA que se masificó desde el segundo lustro de los años 40s. Bajo esta óptica, quién no salió de la isla antes o después de la Revolución pareció ganarse el boleto hacia el anonimato. Casos excepcionales como Chucho Valdés y su agrupación Irakere que en los 70s, a raíz de sus sonados éxitos en dentro y fuera de Cuba fue invitado a una gira por USA.
No perder de vista que la música cubana de la época fue influenciada de las grandes Big Band de USA. Ese fenómeno atrajo la atención de los músicos isleños y los incentivó a emigrar al país del Norte porque en su patria eran visto casi como escoria comunista.
La mayoría de los que han escrito y escriben sobre el género, se limitan al maridaje sincrético de la música negra de USA con la afrocaribeña que en principio lideraron los cubanos y nunca han visitado Cuba. Manifiesto que en principio porque es incuestionable que la primera legión la formaron Machito, Bauzá, Miguelito Valdés, Chano Pozo etc. Después el arco iris se enriqueció con otras nacionalidades y los hijos de latinos nacidos en USA. Paradigmáticamente no olvidemos a los compatriotas: Joe Madrid, Arti Bastidas, Justo Almario, Erick Martínez, Héctor Martignón, Antonio Arnedo, Francisco Zumaqué, Armando Galán, El Pollo Burbano y otros tantos.
Es incuestionable que a instancias del género puro de New Orleans, hoy por hoy se reconoce la existencia de la corriente del Jazz cubano, como la hay del colombiano, peruano, venezolano etc. Al fin de cuentas, el Jazz Latino hundió y profundiza sus raíces en la música afroantillana con sus raíces españolas y francesas. Sobre esto último no olvidemos que el Oriente de Cuba recibió los aportes haitianos al momento de su Revolución.
El Jazz Latino es una mezcla explosiva que vertió en la vasija al compás, el cinquillo, la clave, el swing y otras métricas con sus estilos para ser lo que hoy día es.
Orlando Montenegro
Melómanos Documentos
Cali, Colombia
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